Estimados docentes: Nuestras sociedades viven una de las épocas más difíciles de su existencia, debido a dos situaciones muy puntuales que, además, están íntimamente relacionadas, casi como de causa-y-efecto. Por un lado, tenemos la hiperdependencia tecnológica y, por el otro, la caída en desuso de los valores como normas básicas de convivencia. Esta afirmación suena muy grave. Y lo es. Veamos solo un ejemplo:
Una unidad de transporte público, en teoría, debería ser un vehículo seguro y cómodo para aquellas personas que, por motivos económicos o por convicciones medioambientales, no poseen un auto particular. Sin embargo, en muchas de nuestras ciudades son conducidas por personas que, lejos de garantizar la seguridad y la comodidad de sus pasajeros, los llevan dando tumbos y soportando ruidos molestos -claxon, música a todo volumen- Mientras tanto, varios de los pasajeros se la pasan pegados a sus teléfonos celulares, distraídos sin darse cuenta de que subió una persona mayor para cederle el asiento o escuchando, sin audífonos, lo que sea que deciden ver en sus aparatos, aumentando la contaminación sonora.
Valores como la consideración, el respeto al otro, la amabilidad, el espacio vital, la privacidad, todos son atacados en esa escena que, probablemente, muchos de ustedes amables lectores, presencian a diario. Y sin poder decir una sola palabra ni expresar una queja pues, de inmediato, la persona que lo haga se expone a toda clase de faltas al respeto. Nadie puede llamar al orden a nadie, porque todos “tienen derecho” a que no se les diga nada. La intolerancia, el egoísmo y la defensa agresiva de mis propios intereses son antivalores que hoy rigen nuestra forma de interactuar.
Por eso es necesario recuperar los valores que aprendimos quienes pertenecemos a generaciones pasadas. Antes, las sinergias entre casa-y-escuela lograba instalar en cada individuo la conciencia de que observar esos comportamientos basados en valores garantizaba una buena vida social, en comunidad. Pero ahora que las nuevas promociones de ciudadanos aprenden todo de programas de farándula, estrellas famosas de reggaetón y modelos conductuales opuestos a aquellos valores -futbolistas, modelos, asuntos peores que están a la mano todo el tiempo online- una web dedicada a recordar qué son los valores y para qué son útiles, es muy positiva. De eso trata este link de Baúl del Docente que les invitamos a revisar y difundir. Se llama Aprendizajes Indispensable, la otra AI.
EL LINK
https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/recursos-ensenar-educar-valores/
EL DATO
- Hoy, más que nunca, la educación se presenta como el pasaporte imprescindible para impulsar el talento y cimentar una sociedad más humana, justa y sostenible. ¿Qué rol juega la comunidad educativa, las administraciones y las empresas en esta revolución? ¿Cuáles son los retos a los que el sistema educativo debe enfrentarse en un futuro inmediato?
- Para que los líderes del futuro sean humanistas tienen que pensar, leer, madurar las cosas. Solo a través de esa reflexión serán capaces de considerar la valoración ética de una idea, proyecto o emprendimiento. Cuando incluyen ese indicador estamos logrando esa máxima: que incorporen la ética en el día a día y en su visión a la hora de tocar cualquier decisión.
- Lo cierto es que la educación no avanza con la rapidez y el ímpetu con que la tecnología entra en las clases, lo que provoca una incontestable desconexión entre la demanda laboral y la oferta educativa. La robotización ha empezado y es imparable. Pero no podemos exigir a la escuela y al sistema educativo que vaya a ese ritmo.
Fuente: Ethic.es
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