Estimados docentes: Con todos los adelantos tecnológicos que ya están plenamente incorporados a nuestra vida cotidiana, es mucho más común que aquello de “confundir la ficción con la realidad” se produzca de forma concreta, trascendiendo el hecho de ser una frase popular para denominar a una persona extremadamente soñadora o imaginativa. Las distintas herramientas de realidad virtual o aumentada que existen pueden llegar a confundir a muchas personas, generando niveles de desinformación de lo más peligrosos para el desarrollo social, la educación y la cultura de las sociedades.

Establecer sólidos nexos con el sentido de la realidad, más allá de que el tema pertenezca al terreno de la filosofía, tiene aplicaciones bastante más prácticas. Muchos analistas de la educación moderna refieren que hay necesidad de estimular “el pensamiento crítico” en nuestros estudiantes, para que puedan seguir en contacto con “la realidad” y no pasen a ser sujetos manipulables, de opiniones desenfocadas e incapaces de sostenerse en el tiempo frente a los acontecimientos que definirán su vida futura. Estar equipados para el mercado laboral en constante cambio, por ejemplo, exige un contacto con la realidad que garantice estabilidad en el comportamiento y los conocimientos adquiridos.

A nivel de cultura social, las ficciones a las que estamos sometidos de manera permanente amenazan el sentido de la realidad, haciéndonos creer que las cosas son, por ejemplo, como las que vemos en televisión y redes sociales. Creer que la vida es “color de rosa” según lo que vemos en los perfiles de artistas de moda, por ejemplo, constituye una barrera para entender el verdadero sentido de la vida, causa de desbalances psicológicos, problemas de autoestima asociados a la frustración cuando las cosas salen mal y otras consecuencias que ponen en riesgo la integridad mental y física, especialmente de los niños y jóvenes.

Para no perder el vínculo con la realidad, leer y conversar con personas mayores -hermanos, padres, maestros- es vital para las nuevas generaciones, así eso les robe minutos que considerarían mejor pasar revisando Instagram o grabando Tik Toks. Desde las aulas tenemos la oportunidad de reforzar esta importancia de reconocer entre realidad y fantasía, como una estrategia para formar ciudadanos del futuro responsables y preparados para defenderse frente a intentos de manipulación o control de la conducta a través de la publicidad, el marketing político o el embrutecimiento sistemático de la industria del espectáculo.

EL LINK

https://es.futuroprossimo.it/2023/04/realta-o-finzione-il-futuro-che-ci-aspetta-nellera-dellai/

EL DATO

  • A veces estamos tan sumidos en una experiencia virtual que casi olvidamos su carácter irreal. Desde este punto de vista enfocaré mi mirada a ese “Riesgo Interpretativo”, que percibe nuestro cerebro, y su reflejo paralelo con nuestros sentidos, sin olvidar todas aquellas funciones celulares que reflejan esas amenazas emocionales en nuestro cuerpo, sin poderlos diferenciarlos, confundiendo a nuestro cerebro.
  • La línea que separa el juego de la ficción es muy fina. Según Mariano Sigman en su libro: “El Poder de las Palabras”, expresa que nuestra condición anfibia para alternar ficción y realidad tiene su origen en un principio fundamental: la propensión a buscar explicaciones para lo desconocido.
  • El cerebro es una máquina de elaborar conjeturas, acierta casi siempre por su velocidad de extraer conclusiones, pero cada tanto nos lleva a fallos estrepitosos. La tercera es una Ilusión, no reconocer que, el cerebro nos lleva a olvidar que hay una porción enorme del universo que no observamos.

Fuente: Telefónica

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