Estimados docentes: El principal motor de búsqueda con el que viene equipado el cerebro humano es la curiosidad, esa sensación de querer descubrir, entender, conocer, develar misterios que se presentan ante nuestros ojos o ante nuestra comprensión como algo enigmático, interesante. En ese sentido, la curiosidad es -o debería ser- una de las primeras cosas que los maestros debemos estimular en nuestros estudiantes para conducirlos hacia los libros y no despegarse de ellos.
Leer es un placer. Pero no es un placer para todos. No es lo ideal que todos los alumnos de un aula -que, en colegios de administración pública, suelen ser entre 40 y 50- terminen leyendo dos libros por semana. Mucho menos en estas épocas de redes sociales, Netflix, Daddy Yankee e influencers. Pero, durante la edad escolar, sí es necesario que cada niño, niña y adolescente lea, por lo menos, un libro o revista cada mes. Eso los librará de las fallas ortográficas, entrenará sus sinapsis cerebrales, ampliará su capacidad de establecer conversaciones. No importa si después del colegio, deciden estudiar para ser albañiles, entrenadores de fútbol, electricistas, abogados o ingenieros de sistemas.
Sin embargo, puede ser atractivo, para cierto tipo de alumnos, entrenarse para pertenecer a ese minúsculo cenáculo de personas que, a diferencia de las masas, encuentran más interés en leer una publicación de más de cien páginas que ir pasando, como un autómata, con el dedo índice, los microvideos del TikTok. Explorar con curiosidad catálogos de literatura, cómics, novelas gráficas, cuentos, novelas románticas puede ser mucho más gratificante para algunos que la última maratón en series o el último éxito autobiográfico de Shakira. ¿Se animan a decirles a sus estudiantes que leer es más “cool” de lo que ellos creen?
EL LINK
https://www.unir.net/educacion/revista/la-curiosidad-mejora-y-facilita-el-aprendizaje/
EL DATO
- De esta manera, plantea a un docente presente con comentarios, con búsquedas, exploraciones e intuiciones de lo que se cree puede interesar, donde la vida de los chicos esté de alguna manera presente o representada y entonces el trabajo es un desafío.
- El docente o referente en la escuela, entonces, un actor clave para lo que el autor plantea como central, que es promover la curiosidad: “En cuestión de lectura, si no hay interés por trascender lo que significa la vida cotidiana, mi entorno, mi realidad, mi experiencia y relación con la palabra, mi conocimiento de cómo se mueve el mundo que me rodea, si no existe esa curiosidad es difícil que uno se interese por el mundo de la palabra escrita.
- Sin dudas, los procesos de lectura y escritura en la escuela plantean nuevos desafíos y Cirianni considera necesario preguntarse ¿quién tiene dificultad para leer? ¿quién tiene dificultad para interpretar?, ¿cómo hago para poder conectarme con algo que estoy leyendo, si como adulto no me he probado en esa materia?
Fuente: Plan Lector Argentina
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