Estimados docentes: El ser humano se rige por ciclos: cuatro estaciones, 30 días del mes, 7 de la semana. Y cuando se trata de un año, cada 365 días renovamos nuestras intenciones de tener una vida más ordenada y saludable, con miras a “empezar bien el nuevo año”. Aun cuando sabemos que, entre el 31 de diciembre y el 1 de enero no hay ninguna diferencia (ambos son dos días comunes y corrientes), este ciclo anual sigue siendo importante para los colectivos sociales y, en específico, para las personas que ven ello un aliciente para enfrentar la vida con esperanza en el futuro.
Desde hace décadas se vienen realizando campañas para estimular a que el público se alimente mejor. Años de condicionamientos familiares y sociales nos han hecho adictos al azúcar, la sal, las grasas y los productos lácteos, pero la industrialización masiva de estos elementos ha generado problemas como la obesidad, hipertensión y diabetes en personas muy jóvenes, entre otras enfermedades. Sin embargo, la publicidad de estos productos sigue siendo poderosa y tremendamente invasivas, por lo que su consumo no se reduce sino que, por el contrario, parece aumentar.
Sin embargo, disciplinas como la neurociencia y la nutrición están uniendo fuerzas para agregar un nuevo argumento a esta cruzada en pro de la buena alimentación, relacionado al efecto positivo que tiene el consumo de productos orgánicos y naturales sobre nuestro funcionamiento cerebral, lo cual contribuye a mejores niveles de atención, esenciales para aquellas personas en edad escolar y universitaria, que necesitan asegurar resultados óptimos en su etapa de estudiantes.
La idea es difundir esta nueva base de conocimientos sobre cómo y qué comer, qué alimentos deben ingresar a nuestro organismo para obtener mejores resultados físicos y mentales. Y eso puede convertirse en un excelente objetivo a lograr en el año nuevo que está por comenzar.
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EL DATO
- Se sabe que una buena nutrición es la base para una vida saludable. Y en la primera infancia, una dieta equilibrada es fundamental, ya que influye directamente en el desarrollo corporal y la función cognitiva. Cuáles son los alimentos que no pueden faltar en la dieta de los más chicos.
- El concepto podría resumirse en «comer bien para pensar mejor» y hace hincapié en la importancia de darles a los chicos un desayuno rico en cereales, frutas y lácteos, y concentrarse en ofrecerles una vianda diaria saludable para llevar al colegio y lograr un buen rendimiento escolar.
- Finalmente, junto a la nutrición, también es importante controlar la hidratación de los niños desde el nacimiento dado que, como primer alimento indispensable, el agua, además de refrescar, favorece al adecuado desempeño del organismo, permitiendo una mejor digestión y absorción de los nutrientes.
Fuente: Infobae
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