Estimados docentes: Las redes sociales, el bullying, las ansias de tener éxito como “influencer”, “youtuber” y esas otras necesidades de exhibicionismo y fama que son tan comunes en la vida diaria de niños, niñas y adolescentes están generando una serie de casos graves de ansiedad, ataques de pánico, depresión y alteraciones en la autoestima que, de no tener la orientación y ayuda necesaria, acaban en lamentables casos de aislamiento social e incluso suicidio entre poblaciones jóvenes.
Los altos niveles de sugestión que esta nueva forma de vida impone sobre mentalidades aun en formación, son tan agresivos que los efectos pueden manifestarse de manera repentina, de un momento a otro, sin que seamos capaces de detectar algunos síntomas. Siempre ha ocurrido, durante la edad escolar, que en paralelo a aquellos individuos que se ubican bien en las escalas y plataformas sociales -los populares, los respetados, los de mayor personalidad -por capacidad para el estudio, el deporte o la socialización- van creciendo los diferentes, los que no logran competir adecuadamente en sus ecosistemas generacionales, desarrollando conductas que esconden la hipersensibilidad -erróneamente considerada “debilidad”- y los vuelven blanco fácil de esa agresividad, a veces involuntaria e incapaz de medir consecuencias, del grupo social.
Estos cuadros de ansiedad son cada vez más comunes, y todo debido a la configuración de este nuevo mundo donde la apariencia, el materialismo y lo superficial dominan los intereses de los más jóvenes, que crecen creyendo que todo lo que ven en la televisión, en internet y en las vidas de sus artistas o influencers favoritos es lo que necesitan para ser felices, un esquema en que la frustración y el fracaso mal procesado se convierten en la forma de vivir permanente de muchos de ellos.
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EL DATO
- Un mundo que cambia y lo hace muy rápido (demasiado), donde se están perdiendo las referencias estables y los baluartes a los que aferrarse en tiempos de tormenta. Si bien “el todo vale” les podría valer en un principio, en realidad, explorar el mundo tenía la ventaja de que siempre se podía volver a la zona de confort.
- Los niños y los adolescentes de hoy están hiperconectados a las redes sociales, su mundo está allí y su autoestima parece medirse en “likes”. Perfiles idílicos, repletos de vidas de “vino y rosas”, amaneceres eternos y filtros magníficos que eliminan cualquier imperfección.
- Estamos ante uno de los problemas más sencillos de tratar en Salud Mental; pero a pesar de esto, el 80% de los jóvenes que se les diagnostica un trastorno de ansiedad no reciben tratamiento.
Fuente: Psikids.com
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