Estimados docentes: Entre todos los deportes colectivos, el fútbol es el más popular del mundo, una realidad que no puede negarse. Se ve en las calles de todo país cuando juega su selección, en el espacio que reciben las noticias relacionadas al futbol en periódicos y en la televisión, comparada con el que reciben otros deportes. La emoción que se genera en grandes y chicos en cada partido, ya sea entre equipos locales o en un mundial de selecciones nacionales, es muy grande. Algunos piensan que es excesiva.
Después de tantos años de evolución, desde su creación en Inglaterra en la Edad Media, el fútbol ha llegado a convertirse en muchas otras cosas además de un deporte, con todas las connotaciones que tiene su aspecto deportivo. Hoy el fútbol es un negocio inmenso, millonario. También es una muy efectiva herramienta de control social, utilizado por gobernantes para mantener distraídas a las poblaciones, más pendientes de la última jugada o resultado que de las noticias que afectan el desarrollo de sus países y el futuro de sus hijos.
En la escuela, el fútbol y sus diversos matices como disciplina física, deportiva y significantes relacionados a la disciplina, la lealtad, el trabajo en equipo y el juego limpio, es una excelente experiencia pedagógica. A través de los años, educadores se han apoyado en el fútbol y el ascendente anímico y emocional que tiene en los niños -y hoy también en las niñas- para estimular estos aprendizajes positivos. En el Perú, un ejemplo de ello fue Constantino Carvallo, quien además de profesor fue dirigente de un conocido equipo, el Alianza Lima, y apoyó la carrera de dos importantes jugadores, desde muy niños, hasta convertirlos en estrellas internacionales del balompié, esos casos, de educadores creativos y comprometidos con el futuro de sus alumnos -más allá de lo que finalmente ellos hagan con sus vidas, a partir de las consecuencias negativas del éxito económico, la fama y demás- son los que deben inspirarnos a sacar lo mejor de esta pasión de multitudes que es el fútbol.
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EL DATO
- Se ha demostrado que el fútbol (y el deporte en general) resulta esencial para el bienestar de los más jóvenes y fomenta la adquisición de aptitudes y otros valores importantes para la vida.
- Un estudio de 2003 de las Naciones Unidas demuestra que los niños que dedican cinco horas a la semana a hacer deporte suelen obtener mejores resultados académicos que aquellos que le dedican menos de una hora semanal.
- El fútbol puede mejorar la salud mental y física, aumentar el bienestar y reducir las probabilidades de padecer enfermedades en el futuro. Este dato es especialmente importante si tenemos en cuenta que los índices de actividad física están descendiendo en todo el mundo y las enfermedades asociadas a un determinado estilo de vida van en aumento, según publicó la Organización Mundial de la Salud en 2014
Fuente: Football for Schools.com
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