Estimados docentes: La ciencia ficción, en términos cinematográficos, es actualmente sinónimo de ruidos ensordecedores, colores que ciegan, personajes que aturden con sus gritos y fisonomías monstruosas o deformes. También de animaciones por computadora y realidades virtuales que nublan la razón y embotan la imaginación, en lugar de estimularla. Las películas de superhéroes o de terror son un puñado de efectos especiales, escenas hiperrealistas y saturación de los sentidos que, para algunos públicos resulta adictivo pero para otros, una opción insufrible si de entretenimiento se trata, a la hora de ir al cine o ver una película/serie en tu plataforma de streaming favorita.

Sin embargo, hubo un tiempo que la ciencia ficción tuvo más que ver con la creatividad de una sola persona, un prestidigitador que con simples pero imaginativas manipulaciones de escenarios, texturas, maquetas y gestos, fue capaz de crear mundos inexistentes y plasmarlos en una pantalla bidimensional que, con sonido rudimentario y colores pasteles, hizo soñar a los primeros espectadores de aquel invento genial de los hermanos Luis y Augusto Lumière, de Francia.

Georges Méliès (1861-1938), también francés, fue un verdadero mago de la imagen en movimiento. Hasta hoy sus películas son motivo de estudio y de culto para los amantes del cine clásico, con ideas que tenían anclaje en el circo, la magia, el teatro y, sobre todo, la capacidad para soñar. Si quieres armar una clase sobre cine clásico y buscas hablarles de este importante personaje a tus alumnos te dejamos estos recursos. También te recomendamos la excelente película Hugo (2011), en la que el director Martin Scorsese, uno de los más importantes del cine contemporáneo, rinde homenaje a uno de sus ídolos con esta adaptación de una novela titulada La invención de Hugo Cabret (2007).

EL LINK

https://www.elcorreo.com/vizcaya/rc/20130725/cultura/georges-melies-primer-cazador-201307251942.html

EL DATO

  • El legado de Méliès fue enorme y dio oxígeno a un comercio que estaba agonizando con aburridas historias que empezaban a cansar a la gente. Logró aunar la fotografía, el teatro y el ilusionismo para crear una forma de crear películas llenas de fantasía.
  • Como mago de profesión, este descubrimiento le abrió un nuevo rumbo de magia y fantasía. Así logró hacer desaparecer a una mujer en El escamoteo de una dama (1896), donde simplemente detiene la proyección para que la dama salga del escenario.
  • Méliès era un artesano y no podía competir con las grandes productoras americanas o europeas, cuyo ritmo de producción era mucho más alto.

Fuente: 20 Minutos.es

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