Estimados docentes: En líneas generales, es un hecho que ya todos los docentes del mundo tenemos claro: la tecnología y la educación están íntimamente relacionadas desde hace mucho tiempo. Las TIC y sus diversas aplicaciones, desde las más sencillas y cotidianas -hojas de cálculo, procesadores de textos, plantillas de Power Point- hasta aquellas más modernas y complejas -plataformas de recursos interactivos, nubes, etc.- están instaladas en nuestro quehacer dentro y fuera de las aulas.
Sin embargo, estos dos años y medio post-pandemia han hecho que esa relación sea aun más fuerte e imposible de obviar en un proceso educativo. Las clases a distancia -que en el mundo de la educación superior también son una cosa antigua- llegaron a los niveles de Educación Básica Regular como la única solución ante el cierre de escuelas y todo, absolutamente todos los actores que participamos en este proceso, tuvimos cursos intensivos de cómo manejar herramientas como Zoom, cámaras de escritorio, aparatos para amplificar sonido, registrar sesiones, iluminar ambientes…
Tecnología y docencia siempre han estado ligadas, desde los tiempos de las pizarras, los papelógrafos y las tizas. Luego pasamos a los plumones, las pizarras acrílicas y las impresiones y tipeos. Ahora, por internet, todo lo que necesitamos para preparar una clase y para evaluar -los dos extremos del proceso educativo- está al alcance para que lo procesemos según nuestra capacidad, conocimiento, creatividad y amplitud de criterio. La tecnología es la herramienta, la docencia es el talento.
EL LINK
EL DATO
- A pesar de las abrumadoras consecuencias de la pandemia, esta crisis mundial ha sido también un momento extraordinario para el aprendizaje. Estamos aprendiendo lo adaptables y resistentes que pueden ser los sistemas educativos, los responsables políticos, los profesores, los alumnos y las familias.
- Casi el 90% de los países que respondieron a la encuesta de los Ministerios de Educación sobre las respuestas nacionales a la COVID-19, realizada por la UNESCO, UNICEF y el Banco Mundial (2020), apoyaron a los profesores compartiendo directrices que destacaban la importancia de: proporcionar retroalimentación a los estudiantes, mantener una comunicación constante con los cuidadores e informar a las unidades educativas locales para hacer un seguimiento del aprendizaje.
- La tecnología también ha mejorado el apoyo entre el gobierno y los profesores, adaptando los programas de formación existentes para que se impartan a distancia (como los casos mencionados de Nigeria y Uruguay), creando espacios para programas de apoyo entre pares (por ejemplo, la iniciativa Virtual EdCamps, creada para facilitar el aprendizaje entre pares de los profesores) o estableciendo líneas telefónicas de atención
Fuente: Banco Mundial (Blog)
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