Estimados docentes: El coronavirus sigue mutando en diversas partes del mundo y su letalidad aun no disminuye. La llegada de una tercera ola en varios países europeos ha puesto en alerta a otros continentes como Latinoamérica y África, que ya han comenzado a detectar casos nuevos y rebrotes de variantes del COVID-19, a pesar de las medidas de seguridad y campañas de vacunación que están haciendo un buen trabajo de inmunización a nivel global.
Los cuidados que necesitamos tener se mantienen: uso de mascarillas, protectores faciales, distancia social. Desinfección permanente de manos cada vez que entramos y salimos de lugares públicos. A pesar de que hay un grueso porcentaje de la población mundial que aun se resiste a cumplir con estas disposiciones, sobre la base de una tenaz desinformación e ignorancia –los negacionistas, por ejemplo, o los que relacionan todo el coronavirus a una teoría de la conspiración- y que incluso generan conflictos personales y sociales –peleas callejeras, marchas violentas en contra de las medidas, etc.- que pueden llegar a confundir a quienes sí estuvieron, en un inicio, de acuerdo con vacunarse y respetar las medidas de bioseguridad en sus países.
Educar a las poblaciones es nuestra tarea y, en ese sentido, hablar de estos temas de manera abierta es necesario para evitar problemas mayores. Es verdad que hay sectores científicos que siguen estudiando los orígenes del virus y que, con motivos muy válidos y profesionales, cuestionan ciertas disposiciones. Pero lo que no se puede aceptar es que haya enfrentamientos entre poblaciones comunes y corrientes que, a partir de una parcial o equivocada interpretación de esos cuestionamientos médicos, no quieren cuidarse y exponen, de ese modo, a la muerte a sí mismos y a quienes los rodean.
Ya hay varios casos de personas jóvenes que, tras pasar meses atacando a las vacunas y a las mascarillas, considerándolas inútiles como protección contra el coronavirus, han terminado sucumbiendo al virus de una manera terrible, dejando desamparadas y tristes a sus familias cuando podrían haberse protegido aceptando la vacunación como medida preventiva y el uso de una sencilla mascarilla como barrera para evitar contagios.
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EL DATO
- La variante inicialmente identificada en la India es ahora dominante en Sudáfrica y se ha extendido a otros 16 países africanos con casos aumentando exponencialmente semana tras semana. En Europa, Delta podría ser dominante para agosto, con una tormenta perfecta de vacunación lenta y menos restricciones formándose para impulsar otra ola de casos y muertes en el continente.
- Las vacunas son eficaces contra la variante Delta: «pero no una dosis, sino dos dosis». Agregó que las demoras en vacunarse cuestan vidas y causan daños a la economía, y cuanto más lentos sean los programas de vacunación, más variantes surgirán.
- El director regional de la agencia de salud de la ONU, Hans Kluge, informó que la semana pasada el número de casos aumentó en un 10%, impulsado por el aumento de las variantes, los viajes, las reuniones y la flexibilización de las restricciones sociales.
Fuente: Naciones Unidas.org
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