Estimados docentes: Detenerse un poco, desconectarse. Respirar hondo y contar hasta cien. Poner la mente en blanco y descansar. Estas cosas tan gratificantes son cada vez más difíciles de hacer por la velocidad con la que vivimos, siempre pegados a una computadora o un teléfono. En la antigüedad, la meditación era vista como un talento y una obligación espiritual. En tiempos modernos previos a la revolución cibernética se trasladó del mundo oriental al mundo occidental como una especie de moda. Artistas de la música y el cine, filósofos y literatos, usaron la entonces famosa “meditación trascendental” como una forma de desligarse de las exigencias materialistas y alcanzar la iluminación, aunque siempre de forma más superficial que la de los budistas o los hinduistas.
Actualmente, más allá de preconceptos o de clichés asociados a la meditación, es un hecho comprobado que practicar este tipo de rutinas contribuye a aclarar la congestión mental, lo cual nos permite entender y aprender mejor. Numerosos expertos en neurociencia, profesionales que nos vienen ayudando mucho a entender los procesos de nuestro cerebro y cómo afectan a nuestras emociones y capacidades de aprendizaje, recomiendan la meditación como herramienta pedagógica, además de su uso como relajante para dormir mejor, pensar y sentir con más claridad.
En la red hay múltiples opciones de ejercicios de relajación del pensamiento, meditación apoyada en música suave o palabras que estimulan el descanso neuronal y la concentración, como una forma de recargar esas energías que se consumen por el brillo de las pantallas, los ruidos de la calle y los miles de pensamientos inútiles que a diario llenan nuestro cerebro, atosigándonos y bloqueando nuestras capacidades mentales y anímicas.
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EL DATO
- A lo largo de miles de años se ha practicado meditación con diferentes objetivos, siendo el más habitual el de llegar a proporcionar estabilidad a la mente, evitando distracciones para vivir el presente de forma más consciente y tranquila.
- Actualmente la neurociencia ha demostrado de forma empírica los efectos beneficiosos de la meditación sobre la salud física y mental.
- En lo que se refiere a sus efectos sobre el estrés, parece concluyente que meditar es una excelente opción pues ejerce un efecto reductor de la amígdala, el órgano responsable de la sensación de estrés y de ansiedad
Fuente: Aquilea.com
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