Aprendizajes indispensables: La puntualidad

Estimados docentes: Una de las mejores demostraciones que podemos ofrecer acerca de nuestra seriedad y confiabilidad a los demás es ser puntuales. Parece una exageración, pero tener esa consideración en cada lugar o cita -personal, profesional, laboral- en la que nos involucremos, envía un poderoso mensaje a quien nos espera. Ese mensaje dice que somos responsables, cumplimos compromisos, respetamos al resto.

Ser puntual es difícil, en estos tiempos, pero no imposible. Se trata de aprender a organizarnos y planificar, además de no dejar pendientes innecesarios que, en el último momento, nos dejen en una posición de incapacidad para no salir con la cantidad de tiempo necesaria, considerando las variables que podrían hacernos llegar tarde, como por ejemplo el tráfico, las distancias que tengamos que recorrer, los preparativos que debemos considerar -ropa que nos vamos a poner, documentos que debemos llevar, etc.

En estos tiempos, en los que todos tenemos siempre algo qué hacer, valorar y dar importancia a la disponibilidad de los demás es un detalle muy positivo, que termina dando una buena imagen personal y profesional de nosotros. Sin embargo, el mundo moderno ha generado un concepto erróneo de que, si estamos muy ocupados, llegar tarde nos convierte de inmediato en personas más exitosas, más interesantes o más “requeridas”. Por eso mucha gente no desarrolla el hábito de llegar a tiempo o incluso antes de las horas pactadas, para “darse importancia”. Estas distorsiones del comportamiento social deben erradicarse en nombre de recuperar el sentido original de la puntualidad como valor.

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EL DATO

• El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestros compromisos adquiridos deliberadamente: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar, una cita médica.
• El interés, el deseo y los gustos están muy asociados con la impuntualidad. Es decir, cuando tenemos un total interés en algo, como por ejemplo una cita para aplicar a un empleo, seguramente estaremos antes de la hora acordada y tomaremos todas las medidas para cumplir con este compromiso.
• Al contrario de la cita donde el odontólogo la cual nos causa molestia y buscamos aplazarla hasta el último minuto.

Fuente: Universidad CNCI (México)