Estimados docentes: La tecnología forma parte de nuestra vida en prácticamente todos los aspectos imaginables. No hay nada de lo que hoy hagamos o pensemos que no tenga reflejo en el uso o consulta de tecnologías. Por ejemplo, pensemos en los taxistas. Hasta hace treinta años o un poco menos, los taxistas conocían profundamente las rutas y atajos para llegar a los lugares más difíciles o recónditos, gracias a un aprendizaje, a una experiencia de manejo y transporte, a veces, acumulada de décadas. Hoy, un taxista es incapaz de salir a trabajar sin Google Maps o Waze, a veces para tramos de lo más sencillos.

Otro ejemplo. En las épocas en que los televisores solo servían para ver programas -y, en muchos casos, en horarios restringidos pues nadie se imaginaba pegado a una pantalla a las 2 o 3 de la madrugada- y los teléfonos tenían la función de hacer y recibir llamadas, nosotros teníamos un desarrollo de la capacidad de recordar datos -números telefónicos, direcciones, horarios, etc.- muy superior a la que hoy tenemos. Hoy ni siquiera necesitamos preocuparnos por memorizar el teléfono de nuestras casas porque, si lo olvidamos, el teléfono nos lo recordará.

Estas cosas, que hoy parecen ya normalizadas, son muestra de una serie de cambios no muy positivos en el desarrollo neuronal del ser humano. Recordamos menos, memorizamos menos pero, sobre todo, ya no consideramos que exista una necesidad de hacer estas cosas. La aparición, hace unas semanas, de una noticia según la cual una app será capaz de escribir por nosotros, que con ingresar unas cuantas palabras clave, líneas de argumento e intenciones, el computador escribirá la historia.

¿Cuánto perderá el ser humano, cerebralmente hablando, si delega la extraordinaria capacidad y talento para escribir a un motor de la llamada inteligencia artificial? Así como permanecer sentados frente a las pantallas reduce nuestro desarrollo físico, muscular, también está haciendo retroceder el funcionamiento de aquellas cosas que nos hacen, desde el inicio de la humanidad, diferentes a los animales.

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EL DATO

  • El nacimiento de la tecnología es sin duda un producto de las necesidades del hombre. Surge como una manera de superarse, perfeccionarse, analizarse y favorecer el progreso de la humanidad y la evolución del hombre.
  • La ciencia y el estudio de la mente humana también han hecho progresos con el correr del tiempo, han generado hipótesis y teorías que explican el funcionamiento del cerebro humano y la mente.
  • Lo que se puede observar a raíz de esta investigación es un claro deterioro en la calidad y la capacidad de pensamiento del hombre causado por el excesivo uso de las nuevas tecnologías.

Fuente: Kubernética.com

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