Estimados docentes: El último grito de la moda tecnológica viene de la mano de Mark Zuckerberg, dueño de Facebook. Se trata de un universo paralelo, más allá del nuestro, del real, en el que los usuarios pueden verse a sí mismos en entornos digitales saltando grandes alturas, corriendo a velocidades imposibles, o simplemente interactuando con otros usuarios, cada uno con sus respectivas versiones digitales o “avatares”.

A este mundo virtual de realidad aumentada se le llama “metaverso” -combinación del prefijo “meta” (“más allá” en griego) y la palabra “universo”. Aun no es de uso masivo pero tiene que ver con esos aparatos para acceder a programas de videojuegos y realidad virtual, esos cascos de apariencia espacial con lentes y audífonos especiales que lo sumergen a uno en una fantástica versión de un mundo inexistente, lleno de colores, paisaje extraños o personajes irreales. Entre sus defensores hay quienes creen que el metaverso será de gran ayuda para la educación, un paso adelante de lo que hoy logramos con, por ejemplo, las visitas virtuales a museos, lugares del mundo alejados o el espacio exterior.

Sin embargo, el metaverso -de uso limitado a siete países al día de hoy- viene generando también serios cuestionamientos por su naturaleza deshumanizadora de la interacción real entre personas. Como los videojuegos en red, que en muchos casos usan la tecnología del metaverso y sus aplicaciones, es adictivo, sedentario y hasta peligroso pues ya ha habido denuncias por ciberbullying, acoso sexual y suplantación de identidad con esto de los avatares. Se trata de un escalón más de esta dependencia de la tecnología que, en líneas generales, pueden servir como herramientas educativas si se usan con criterio pero, al final de cuentas, tienen también desventajas como las descritas, además de seguir embruteciendo al ser humano, haciéndolo cada vez más torpe y limitado a lo que las prótesis puedan hacer por él. Un tema para reflexionar, ¿verdad, maestros?  

EL LINK

EL DATO

  • El objetivo de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, y de otros grandes líderes tecnológicos es crear una red virtual a través de la cual las personas puedan interactuar y realizar actividades en línea, desde ir de compras hasta acudir a un concierto o jugar a un videojuego, convirtiéndose así en un escenario más de nuestra vida.
  • Una de las consecuencias de la citada evolución tecnológica es que la línea entre el mundo real y el virtual es cada vez más difusa. Las redes sociales invaden nuestro día a día y pasamos una gran cantidad de horas en ellas interactuando con otras personas.
  • Ante nuestras crecientes incursiones en el mundo virtual y nuestra mayor dependencia de él, el metaverso propone eliminar definitivamente las barreras entre lo real y lo virtual. Un metaverso, por tanto, sería un entorno en el que los seres humanos podrían interactuar tanto social como económicamente a través de avatares en el ciberespacio.

Fuente: Iberdrola.com

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