Estimados docentes: Amor por el saber. Este concepto etimológico de la filosofía parece cada vez más anticuado, en estas épocas del amor por el no saber nada que exhiben las nuevas generaciones. Por lo menos nada que tenga que ver con esa noción de “saber” que da origen al término. Porque claro, si le preguntamos a una joven de 16 años quién es Nicola Porcella o Nicky Jam, mostrará profundos conocimientos acerca de qué lentes usa, qué marca de carro tiene o cuál fue su última noticia de farándula. Pero si le preguntamos quién fue Claude Debussy, si Rigoletto es una persona real o le mostramos una foto de Alicia Maguiña, la respuesta será un profundo silencio o una sonora y hueca carcajada.

La cultura, el conocimiento, el saber son necesarios para la vida, quiéranlo o no los promotores de las coreografías en TikTok e Instagram. La acumulación de conocimientos a niveles académicos ya no es tan necesaria para desenvolverse en ámbitos profesionales o laborales, es cierto, pero por lo menos un mínimo de bagaje de conocimientos será crucial para alcanzar los niveles de interacción social, desenvolvimiento y capacidad de comunicarse para el futuro. Incluso si el objetivo es volver un YouTuber que hable de videojuegos. Enriquecer tus conocimientos te da una ventaja comparativa frente a los demás.

Pero cuando hablamos de filosofía también necesitamos actualizar un poco el alcance de esta actividad, que antes era símbolo de prestigio y carrera vital para el avance del mundo. sin llegar a aspirar a que nuestros alumnos se vuelvan fanáticos de Kant, discípulos de Chomsky o expertos en Habermas, lo que es urgente es que aprendan a PENSAR. A pensar en cosas importantes, profundas, sólidas, no solo a pensar en qué pasito van a ensayar o qué estrategia van a desplegar para tener más likes en su Facebook. El cerebro es también un músculo. Si no se utiliza, se atrofia.

En esta entrevista, el reconocido filósofo, escritor y abogado Michael Sandel (EE.UU., 1953) comparte sus interesantes visiones sobre la filosofía, la educación y la importancia que ambas tienen para los jóvenes.   

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EL DATO

  • La clase de Filosofía en las aulas, ha estado vinculada históricamente a un ejercicio memorístico en el cual los alumnos asumen una posición pasiva en la recepción de información acerca de periodos filosóficos y biografías de grandes pensadores. Sin embargo, la reflexión que planteamos a continuación busca ubicar una serie de ventajas de la enseñanza de la filosofía para la formación de estudiantes que hagan de su diario vivir un espacio de problematización.
  • La filosofía al contrario de lo que se piensa, puede ser enseñada desde los primeros años, incluso cuando un niño empieza a hablar y aún más cuando comienza a preguntarlo todo, indagando el porqué de cada cosa que observa a su alrededor. Esto, puede llegar a formar hábitos fundamentales que serán indispensables para la vida.

Fuente: Magisterio.com.co

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  • Michael Sandel,(1953),filo’sofo,poli’tico y
    profesor estadounidense,enseña en U.de
    Harward desde 1980,al graduarse en Oxfor
    d (,Reino Unido),su e’xito podria relacionar
    se en cierta corriente actual de pensamien
    to,decia:Los jo’venes necesitan aprender la
    habilifad de debatir y argumentar,publico’ El liberalismo y los limites de la justicia”,dis
    tinguido y reconocido por varios premios.

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