Estimados docentes: Desde que la subcultura tecnológica se instauró en nuestras vidas cotidianas, no existe momento del día en que estemos desconectados. ¿Se acuerdan de que hace treinta o cuarenta años, los teléfonos personales no existían y si alguien llamaba a tu casa y no estabas, tenía que esperar hasta que te enteraras antes de ponerse realmente en contacto contigo? Esta situación, ahora que cada persona tiene su propio teléfono en el bolsillo, es imposible. No importa si estás en la calle, en el baño, en el micro o en la iglesia, si alguien te llama -independientemente de que contestes o no- te enterarás en ese mismo instante.

Estar siempre conectados -en el teléfono, en las redes sociales- tiene sus pros y sus contras. En aspectos de índole laboral (profesional) o personal (cuestiones de salud, coordinaciones) en las que estar comunicados en tiempo real puede ser la diferencia entre la solución de un problema o su empeoramiento, la conexión permanente y absoluta es un beneficio sin duda alguna. Los adelantos tecnológicos nos permiten un enorme nivel de precisión para saber dónde se encuentra un pedido, a qué distancia está una persona, qué tan rápido llegará algo que requerimos con suma urgencia. Eso garantiza eficiencia y ser oportunos.

Pero, el lado negativo de estar siempre conectados es que, de manera voluntaria, abandonamos la noción del tiempo libre y el ensimismamiento, tan necesarias para conocernos mejor, para activar nuestra capacidad de pensar introspectivamente, reflexionar y absorber aquellas cosas que nos pasan, experiencias, aprendizajes, sensaciones, emociones y sentimientos que, por estar siempre conectados a algo muchas veces se nos pasan sin que hallamos dedicado tiempo para su comprensión.

Desconectarnos de vez en cuando nos ayuda a recuperar, además, la costumbre de hablar mirando a los ojos a tu interlocutor. Nuestros estudiantes necesitan tener esas aptitudes y no depender únicamente de que sus aparatos y sus redes sociales funcionen.

EL LINK

https://omega2001.es/ventajas-y-desventajas-de-la-sociedad-hiperconectada/?amp=1

EL DATO

  • Esta cultura del “estar siempre pendientes” nos conduce a obsesionarnos por chequear constantemente los mensajes y responderlos al instante. Así, aquellos que padecen esta especie de “tele-presión” no son capaces de diferenciar entre el horario laboral y el horario que debería estar destinado a uno mismo.
  • Estar siempre conectados también puede afectar a nuestra salud física. Mucha gente también usa el tiempo de viaje al trabajo o vuelta a casa como una extensión de su jornada laboral.
  • Además, otros problemas derivados de estar constantemente delante de una pantalla son dolores de cuello, espalda que pueden conducir a numerosos desórdenes musculoesqueléticos.

Fuente: Revista Up (España)

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