Estimados docentes: Cuando nos sentamos a pensar en aquellas cosas que enseñamos/aprendemos a lo largo de la vida, descubrimos que existen temas que son inamovibles de aquello que, como seres humanos, acumulamos en nuestro sistema cerebral como conocimientos y cultura general. Hablar, por ejemplo, es algo que aprenderemos siempre, por más inteligencia artificial que esté de moda. Aprender a sumar y restar, a leer y escribir, por ejemplo, a pesar de que todos los Smartphones tengan calculadoras y que los jóvenes de hoy sean más fluidos usando un teclado y no un lapicero, son cosas que nos acompañan desde siempre y seguirán acompañándonos mucho tiempo por delante.

Como dicen muchos expertos, el ser humano no ha cambiado casi en nada en los últimos tres mil años, en términos de aquello que tiene que ver con su funcionamiento orgánico -sus sistemas respiratorio, reproductor, digestivo, nervioso, muscular, etc., no han tenido cambios radicales en todo el tiempo desde que somos Homo sapiens. Lo que ha cambiado, es cierto, son nuestras formas de entender las relaciones interpersonales y todos sus derivados -leyes, vida social y familiar, laboral, sexual, profesional- sobre la base de los sistemas de ideas y creencias que han venido desarrollándose y, por supuesto, la tecnología.

Todos esos cambios tienen que ver con el intelecto y la creatividad. El ingenio humano ha hecho posible que tantas cosas hayan surgido. En muchos casos nos han hecho la vida más fácil. Pero, en otros, como viene pasando con los problemas que ocasiona la hiperdependencia tecnológica y los delitos perpetrados usando aplicaciones de IA, estos nuevos conocimientos generan vicios sociales, malas prácticas y comportamientos antisociales.

Por eso regresar a aquellas cosas que dieron origen al saber humano es positivo pues nos reconecta con quiénes somos realmente. En ese sentido, queremos compartir este saber elemental, el origen del cero. ¿Conoces esta historia?

EL LINK

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/origen-numero-cero-misterio-detras-cifra-esencial_20756

EL DATO

  • Hasta hace poco tiempo no estaba claro el origen del cero, uno de los mayores inventos de la humanidad. El enigma fue desvelándose a lo largo del siglo XX, y una reciente datación arqueológica ya no deja lugar a dudas: el cero nació en la India.
  • Ese simple símbolo disparó la capacidad de los matemáticos para operar con números tan grandes como quisiesen. Pero los grandes sabios del período clásico de las matemáticas en la India fueron mucho más allá.
  • El cero nació en la India, pero se bautizó en Europa. Fue el matemático italiano Fibonacci quien popularizó en Occidente el sistema decimal nacido en la India y quien comenzó a usar la palabra zero para designar el símbolo de la nada.

Fuente: BBVA Open Mind (Historias)

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