Estimados docentes: La película se rodó hace casi seis años, pero se estrenó recién el año pasado. De forma extraña, la historia ha gustado y conmovido por igual al público peruano, que respondió masivamente a su exhibición a pesar de que normalmente -y particularmente en Lima- el buen cine nacional es relegado para dar espacio a las grandes producciones llenas de efectos especiales que llegan desde Hollywood y, cuando se trata de cine hecho en el Perú, solo tienen figuración aquellas comedias ridículas y vacías que suelen producirse en agencias de publicidad con actores y personajes que siempre salen en la televisión y que viven en la capital.

Sin embargo, con Willaq Pirqa: El cine de mi pueblo (César Galindo, 2017) ha ocurrido lo mismo que pasó con la película dirigida por el puneño Óscar Catacora, prematuramente fallecido a los 34 años, que fue éxito de taquillas. En ambas se privilegia el uso de lenguas originarias -el quechua y el aimara, respectivamente-, es protagonizada exclusivamente por actores de provincia y rodada en comunidades de Cusco y Puno, logrando una conexión con ese Perú profundo que, como vemos por las más recientes revueltas políticas y sociales, sigue siendo descaradamente excluido y ninguneado del discurso oficial, a pesar de las campañas de inclusión social y respeto por la pluridiversidad tengan años diciendo lo contrario.

Willaq Pirqa es una divertida y tierna historia que muchos han relacionado a ese clásico del cine italiano Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1982). Y es porque el protagonista es un niño de 10 años, poblador de una comunidad en las alturas de Cusco, que vive fascinado por conocer el cine y cuando lo consigue, se enamora de este arte y lo convierte en su vida entera. Verla en clase puede ser una buena ocasión para conversar con los alumnos, divertirse y sacar un par de buenas lecciones acerca de cómo viven nuestros compatriotas en contextos rurales, cuáles son sus formas de pensar y por qué aun tenemos que esperar a que una o dos películas lleguen a las salas limeñas como si fueran anécdotas en lugar de abrazarlas como propias.

EL LINK

http://elorejiverde.com/el-don-de-la-palabra/6613-willaq-pirqa-sobre-como-reinventar-el-cine-peruano

EL DATO

  • En el 2017, el cineasta César Galindo tuvo la idea de contar la historia de Sistu, un curioso niño que descubre la magia del cine en una comunidad alejada de los Andes. “Quería que fuera un largometraje, enteramente, en quechua”, nos señala.
  • La cinta causó sensación en el Festival de Cine de Lima, logrando ganar tres importantes premios: Premio del Público a Mejor Película, Premio del Jurado del Ministerio de Cultura a Mejor Película Peruana y Premio de la Comunidad PUCP a Mejor Película “Hecho en el Perú”.
  • Lo que pasa es que los jóvenes están perdiendo el quechua por vergüenza. El problema es que, en general, los padres no quieren que sus hijos hablen su idioma porque saben que eso es un impedimento para ser aceptados en la sociedad (César Galindo, director).

Fuente: Infobae

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